Pier Paolo Pasolini en día de ramos...Erika Reginato
![]() |
Pier Paolo Pasolini 1922.1975 |
DOMINGO DE PALMAS
“Domingo de Olivas”
de Pier Paolo Pasolini
Hijo: Madre, mira con consternación el viento oscuro que muere más allá de los veinte años de mi vida cristiana. Tardes, árboles mojados, Niños lejanos llorando, madre, Este es el país por el que pasé.
Madre (en el Cielo): ¿Por qué no ha nacido de mi vientre la lágrima que llora mi bendito hijo? Yo sería tu madre, lágrima, clara como una estrella, y al suave sonido de las vísperas, te acunaría en mi regazo… ¡Él, que llora por ti, está siempre solo en el pueblo, todo oscuro en los verdes prados, los incendios, los viejos muros!
Madre-niña: (llevando la rama de olivo por el pueblo): ¡Es el mediodía del Domingo de Pascua! Hojas claras, cielo fresco. Jóvenes, ¿queréis olivos? Tarde clara de Pascua. Río claro, cielo fresco. Olivo, olivo, olivo.
Hijo: Niña olivo, ven y dame una rama. Tú, color de rosa, ríes entre las hojas. Pero tu madre ve su angustia en tus ojos: el país se vuelve blanco y tú tiemblas por todas partes…
Madre-niña: No, joven, no tiemblo: tiembla el cielo de hojas, con el sol ligero riendo sobre nuestras cabezas. El álamo tiembla fresco, el humo tiembla claro, tiembla el pueblo, muerto en la luz, de las guitarras.
Hijo: ¡Qué tontería! Una rama, nada más pedí. Sé bien lo que arde en este país sin paz. Mi madre era una niña, y ese rumor muerto atravesó el corazón silencioso de los viejos muros.
Doncella madre: Es la Pascua que suena perdida para los valientes, en el corazón del sol que brilla sobre nuestros males.
Las cruces están cubiertas de gemas, el aire es una canción. Campanarios en los campos...
“La domenica degli ulivi”
di Pier Paolo Pasolini
Figlio: Madre, sguardo sgomento il vento che scuro muore al di là dei vent’anni del mio vivere cristiano. sere, alberi bagnati, Fanciulli lontani che gridano, madre, Ecco il paese per dove io sono passato.
Madre (nel Cielo): Perché dalle mie viscere non è nata la lacrima che piange il mio figlio benedetto? Sarei tua madre, lacrima, chiara come una stella, e al suono leggero del vespro, ti cullerei nel grembo…
Lui, Che ti piange, è sempre solo nel paese, tutto buio nei prati Verdi, i fuochi, i vecchi muri!
Madre-fanciulla: (portando per il paese l’ulivo): Batte mezzogiorno di Pasqua!
Foglie chiare, cielo fresco. Giovani, volete ulivo? Chiara sera di Pasqua. Chiara roggia, cielo fresco. Ulivo, ulivo, ulivo.
Figlio: Fanciulla dell’ulivo, vieni a darmi una frasca. Tu, color di rosa, ridi tra le foglie.
Ma tua madre ti vive la sua angoscia negli occhi: si sbianca il paese e tu tremi tutta…
Madre-fanciulla: No, giovane non tremo: trema il cielo di foglie, col sole leggero che ride sul nostro capo.
Trema fresco il pioppo, trema chiaro il fumo, trema, morto nella luce, di ghitarre il borgo.
Figlio: Che chiacchiere! Una frasca, non altro ho domandato. So ben io quello che crema nel paese senza pace.
Mia madre era fanciulla, e questo morto rombo passava per il cuore muto dei vecchi muri.
Madre-fanciulla: È la Pasqua che suona perduta per le prode, nel cuore del sole che splende sui nostri mali.
Le croci si ricoprono di gemme, L’aria è un canto. Pei campi i campanili
Commenti
Posta un commento