Santos López, poesía venezolana
De EriKa Reginato
EL POETA SANTOS LÓPEZ EN ITALIANO
LOS BUSCADORES DE AGUA ENSEÑAN EN SILENCIO.
Un poeta venezolano camina en la ciudad de Milán hasta llegar a la calle Farneti y entrar a una pequeña librería donde lo esperan un grupo de personas que han sido convocadas para este evento y revisan las páginas del libro en italiano: Los Buscadores de Agua (I cercatori d’acqua), de Santos López. Una poética que llega para conquistar la atención del público italiano, incluso de aquellos que no conocen el idioma español pero que les gusta escuchar la musicalidad del castellano y que apenas han escuchado hablar de la poesía que se escribe en Venezuela en la contemporaneidad. Es un grupo de personas que poco a poco se van acercando a la librería. Se suman un poco de curiosos o lectores que se quedan en los rincones del local para escuchar a los poetas que con su presencia llenan el espacio que unifica dos continentes. Unos sentados y otros de pie, escuchan atentamente la presentación del poeta Roberto Mussapi en la librería “Equilibri”, que se encuentra en la calle Farneti, número 11, cerca de la estación del metro Piola, el jueves diez de octubre a las seis y media de la tarde entre las luces y la arquitectura urbana de un otoño europeo que apenas comienza a adentrarse. El libro Los Buscadores del agua, se publicó por primera vez en Caracas en el año 2000,del autor continúan El cielo entre cenizas (Monte Ávila Editores, Caracas, 2004); Soy el animal que creo, (Antología poética, Editorial Eclepsidra, Caracas, 2004), La Barata (2013), Azar de almendra (2016), Del fluir, Poesía escogida (2016), Canto de luz negra (2018) y ha sido traducido al inglés, alemán, francés, coreano, chino, rumano y ahora en edición bilingüe encontramos los poemas de Santos López en Italia ya que ha sido publicado bajo el titulo: I cercatori d’acqua (edición bilingüe, Editorial Jaca Book, Milán, 2008) y traducido por la pintora Teresa Maresca y el poeta Roberto Mussapi, quien nos ha acompañado en varias ediciones de la Semana Internacional de la Poesía en años pasados. Cerca de Mussapi se encuentran los poetas Milo De Angelis y Davide Rondoni. La atmósfera de la librería adquiere la alegría motivada por un reencuentro entre amigos, ya que los tres poetas italianos, representantes del neo-hermetismo y de la poesía escrita en la segunda mitad del siglo XX, han estado en Caracas junto a Santos López. Voces que conquistan la ciudad con la mágica concentración de la palabra que rige con fuerza el conocimiento y a la vez el tiempo en el territorio de una noche de Milán.
Para entrar en el silencio
Un bosque antiguo guía mi corazón por la
belleza.
Puedo ver que detengo mi paso ante un
puente,
Y más allá, en la otra orilla, siento el
resplandor:
Es el potente anhelo, silencio del
silencio.
-.-JAGUAR DE CABEZA HERIDA
Cuando niño yo era un jaguar y podía atravesar
Yo era un jaguar resplandeciente en el
pajonal.
Quienes me podían tocar, me veían las
venas,
los gruesos lunares.
Yo era un sólido negror con gotas de oro.
Yo jaguar era una invisible muerte que
provocaba
el delirio en las presas, así danzaba,
así comía.
Entretanto, el niño que en verdad era acrecentaba
su reflejo.
Inexperto y hambriento, subía los árboles
corría cin mi familia, me impacientaba.
Ya joven seguí siendo un jaguar,
me hice más oscuro y secreto por las estrellas.
Viví en una cueva con demasiados cráneos,
como una gran constelación.
Comprendí también que el mundo era un
espejo.
(Después no volví a ser jaguar,
Y tal vez hoy no lo sea.)
Pero sé más allá de la vejez,
En algún lugar anda un jaguar con la cabeza
herida,
y me espera para culminar juntos este viaje.
El viaje antes de la palabra que
nos regresa a casa
en silencio.
POETAS
LOS SORDOMUDOS
Siguen los sordomudos su palabra
de señas
por un sendero blanco.
Nadie los ve, nadie les dice nada.
Andan extraviados
en su música.
Cierran los ojos y la luz alumbra
a una tribu de pájaros
sin picos que caminan sobre un árbol seco.
En otro tiempo los sordomudos eran fablas frondosas.
hace
de guía turística en esta gran ciudad:
He aquí el adjetivo inferís, el sustantivo
muerte,
el verbo oxígeno. Y he aquí el hombre que exhibe
la unión desnuda del vacío.
Los habladores fijan su discurso,
y los mudos no seguimos
su palabra, sorda y rígida.
Los sordomudos no nacimos de lo hostil.
Nacimos carne, ese otro verbo inefable del
espíritu.
(De
Santos López, Los buscadores de agua,2000)
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