Eugenio Montejo.El poeta que recuerdo. Poema Manoa .


 

EUGENIO MONTEJO.

EL POETA QUE RECUERDÒ EN

LA CIUDAD DEL ÁVILA

de Erika Reginato 

 

Aún recuerdo que, en la sala de espera del aeropuerto de Barcelona, en el 2008, encontré una revista con una de las últimas entrevistas que le hicieron al poeta venezolano  Eugenio Montejo. En mis recuerdos siempre estará en una fotografia apoyado al muro. 

En una entrevista dejo dicho:

Nací en Caracas y pasé aquí los primeros años de la vida. Viví en Valencia durante mi juventud, unos años en los que iba frecuentemente a la capital. Estuve en el exterior algunos años, pero luego, a fines de los Setenta regresé a vivir definitivamente en Venezuela.

La ciudad donde nacemos se queda entre nosotros y Caracas es la ciudad que me marca. Sospechamos que algo más que la casualidad determine esos vínculos, aunque no nos resulte fácil definirlos. La ciudad de cada uno es la memoria. La ciudad de mi juventud, Caracas era Sabana Grande y sus alrededores, el barrio bohemio donde se concentraba la inquietud intelectual y artística de la época. Más tarde han sido otros los lugares de la ciudad y ahora es el barrio de los Palos Grandes, donde aún es posible caminar y compartir con los demás escritores.

Caracas debería ser una ciudad para compartir y más humanizada, pero por motivos sociales y políticos se ha convertido en una ciudad difícil e intratable. Ya en ella parece no entrar un auto más, y el hombre y el auto no estas llamados a seguir viviendo juntos por demasiado tiempo. En cuanto a la visión sentimental esta se define por la imponente presencia del Ávila. En tal sentido quienes aman profundamente la ciudad y se preocupan por conocer su historia, su espacio humano y su futuro pueden ser llamados avilógrafos.  En cuanto a mi poesía, en algunos poemas menciono a la ciudad con devoto cariño como en mi último libro “Fábula del escriba”, en el poema: Caracas bajo el azul de enero.

En este espacio recuerdo un poema que amo. Es una ciudad imaginaria, el poema Manoa, es una mujer, una brisa, una sombra, el Àvila tal vez.

MANOA

 No vi a Manoa, no hallé sus torres en el aire,

ningún indicio de sus piedras.
Seguí el cortejo de sombras ilusorias
que dibujan sus mapas.
Crucé el río de los tigres
y el hervor del silencio en los pantanos.
Nada vi parecido a Manoa
ni a su leyenda.

Anduve absorto detrás del arco iris
que se curva hacia el sur y no se alcanza.
Manoa no estaba allí, quedaba a leguas de esos mundos,
—siempre más lejos.

Ya fatigado de buscarla me detengo,
¿qué me importa el hallazgo de sus torres?
Manoa no fue cantada como Troya
ni cayó en sitio
ni brabó sus paredes con hexámetros.
Manoa no es un lugar
sino un sentimiento.
A veces en un rostro, un paisaje, una calle
su sol de pronto resplandece.
Toda mujer que amamos se vuelve Manoa
sin darnos cuenta.
Manoa es la otra luz del horizonte,
quien sueña puede divisarla, va en camino,
pero quien ama ya llegó, ya vive en ella.

                     

 Eugenio Montejo


Traducción Erika Reginato 


MANOA

 

Non ho visto Manoa, non ho trovato le sue torri nell’aria,

nessun indizio delle sue pietre.

Segui il corteggio delle sue ombre illusorie

che disegnano le sue cartine.

Ho attraversato il fiume delle tigri

e il bollire del silenzio nelle paludi.

Non ho visto niente simile a Manoa

ne anche alla sua leggenda.

Ho camminato assorto dietro all'arcobaleno

che si curva verso il sud e non è raggiungibile.

Manoa non era lì, si trovava a leghe di quei mondi,

sempre più lontano.

Ormai, stanco di cercarla, mi fermo,

cosa me ne importa trovare le sue torri?

Manoa non è stata canta come Troia

ne caduta in assedio nei muri incisi in esametri.

Manoa non è un luogo

ma un sentimento.

A volte è un viso, un paesaggio, una strada

a un tratto il suo sole risplende.

La donna che amiamo si trasforma in Manoa

senza renderci conto.

Manoa è l’altra luce dell’orizzonte.

Chi sogna può percepire, viene in cammino.

 Ma chi ama è già arrivato, già abita in lei.

(trad. Erika Reginato)

 


 

 

Eugenio Montejo, poeta, escritor, diplomático, nació en Caracas en 1938, entre sus poemarios Élegos (1967), Muerte y memoria (1972), Algunas palabras (1976), Terredad (1979), Trópico absoluto (1982). Alfabeto del mundo (1986), Adiós al siglo XX (1992), Partitura de la cigarra (1999), Papiros amorosos (2002), Fábula del escriba (2007). Nos dejó en el 2008.

 Eugenio Montejo (Caracas, 1938-Valencia, 5 giugno 2008) è stato un poeta, saggista e diplomatico. La sua opera è tradotta in italiano, francese, inglese. È stato fondatore della rivista Azar Rey e co-fondatore della Rivista Poesia dell'Università di Carabobo. È stato ricercatore e traduttore letterario e nel 1998 ricevette il Premio Nazionale di Letteratura e nel 2004, il Premio Internazionale “Octavio Paz” di Poesia e Saggistica. Una sua poesia è citata nel film: 21 grammi il peso dell’anima, del regista messicano Alejandro González Iñárritu e tradotta da Peter Boyle. Poeta che con chiarezza ha visto la necessità di affrontare nella vita: l’essere che abita in una città ricordando il passato. Scrive il poeta Alvaro Mutis: I versi di Eugenio Montejo ci rivelano qualcosa di cui abbiamo bisogno, anche se dopo non sappiamo spiegare esattamente cosa. So che il mio amico Maqroll lo capisce meglio di me, e per questo si vedono, parlano a lungo tra di loro, senza stancarsi mai. E io, lo confesso, provo un po' d'invidia per questa loro intesa. MANOA (1982).

(trad. Erika Reginato)

 

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