La poesia Annunciata, o la Anunciada Bilingue poesia del libro Gli Eletti Los Elegidos
La Anunciada
Pasé por las calles buscando la estación de tren, para observar el primer día del año.
Nadie regresó después de ver al ángel mensajero de la ofrenda.
El devoto perdido en la pasión recuerda la Anunciación de Antonello,
las mayólicas de la librería abiertas hasta medianoche, la caída de monedas en las alcancías de la catedral.
Te veo temprano en la mañana y también me pierdo.
Te busqué en otras ciudades, en el cobre de una iglesia barroca.
Recojo el agua limpia, los rayos en la sombra el cincel de la Piedad: Su corazón de mármol nos salva.
Quizás la modificación del infinito sea la compresión del más allá.
Antonello da Messina pintó el cielo de azul, la luz de la melodía en todo el universo.
Estoy aquí para recibir todo lo que me des,
después de esta noche de vigilia.
L'Annunciata
Ho attraversato le strade fino al treno, per osservare il primo giorno dell'anno.
Nessuno è tornato dopo aver visto l'angelo messaggero dell'offerta.
Il devoto disperso nella passione ricorda l'Annunciazione di Antonello,
le maioliche della libreria aperte fino a mezzanotte, la caduta delle monete nei salvadanai della cattedrale.
Ti vedo la mattina presto e mi smarrisco anche.
Ti ho cercato in altre città, nel rame di una chiesa barocca.
Raccolgo l'acqua pulita, i raggi nell'ombra lo scalpello dellPietà: Il suo cuore di marmo ci salva.
Forse la modificazione dell'infinito è la compressione dell'aldilà.
Antonello da Messina ha dipinto di blu la cappa del cielo, la luce della melodia in tutto l'universo.
Sono qui per ricevere tutto quanto che mi dai, dopo di questa notte di veglia.
Erika Reginato
Gli Eletti
Los elegidos
#loselegidospoesia
La Anunciada
Pasé por las calles buscando la estación de tren,
para observar el primer día del año.
Nadie regresó después de ver al ángel mensajero de la ofrenda.
El devoto en la pasión recuerda la Anunciación de Antonello,
las mayólicas de la librería abierta hasta medianoche, la caída de las monedas en las alcancías de la catedral.
Te veo temprano en la mañana y también me pierdo.
Te busqué en otras ciudades, en el cobre de una iglesia barroca.
Recojo el agua limpia. Su corazón de cielo nos salva.
Quizás ver el infinito sea la compresión del más allá.
Antonello da Messina pintó su manto de azul, la luz de la melodía en todo el universo.
Todo va más allá del momento.
Estoy aquí para recibir todo lo que me des,
después de esta noche de vigilia.
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