Erika Reginato, poesie che mi portano a te.
La poesía pide verdad, paciencia, espera y crecer como una flor.
ERIKA REGINATO
Mi casa suspendida
Mi casa en las nubes
no tiene techo
ni piso color márfil,
se quedo todo
en aqulla ciudad donde no regresaré.
Mi casa en las nubes
tiene muchas ventanas
por donde aclara la luz del sol la habitación
con el perfume de madera de antaño.
Esta casa llena de mar que nos separa
tiene una voz de invierno
en la nieve de enero.
Mi casa suspendida
en la luz intermitente del destino
navega en la luz
de la vigilia.
(Poesía inédita del libro La Cena. De ErikaReginato)
La mia casa sospesa
La mia casa tra le nuvole
non ha tetto
né pavimento d'avorio,
tutto è rimasto
in quella città dove non tornerò.
La mia casa tra le nuvole
ha molte finestre
dove achiarisce la luce del sole la stanza
e profuma da legno antico.
Questa casa piena di mare che ci separa
ha una voce invernale
nella neve di gennaio
La mia casa sospesa
alla luce lampeggiante del destino
navigare nella luce
del risveglio.
...
El paso
En el diario de viaje encontré
las entradas de los museos,
los boletos del tren,
el mapa.
Todas las mañanas subo la colina
para escuchar el repicar del campanario,
la brisa que inclina la torre
en las montañas
que me llevan a mi casa.
A lo lejos pronuncio
las melodías del retorno,
la distancia de los continentes.
Esta ciudad tiene dos ríos:
a uno se lo tragan las piedras
y el otro,
atraviesa puentes romanos,
fluye entre viejas murallas,
campos en invierno
en el sol del horizonte.
Il passo
Nel diario di viaggio trovai
l’entrata ai musei,
i biglietti dei treni,
la piantina.
Tutte le mattine risalgo la collina
per ascoltare il rintocco del campanile,
l’aria che inclina la torre nelle montagne che mi portano a casa mia.
In lontananza pronuncio
le melodie del ritorno,
le distanze dei continenti.
Questa città ha due fiumi:
uno l’inghiottono le pietre
e l’altro,
attraversa ponti romani,
scorre tra vecchie mura,
campi in inverno nel sole dell’orizzonte.
...
El peregrino
Esta mañana
fui a despojarme al río Brenta.
Coloqué cenizas en mis brazos,
me senté en los bordes de las piedras,
recogí peonías,
temores, tormentas.
Recé para aclarar mis penas.
En mis manos crecían
valles de nardos silvestres,
el atardecer en las estacas de San Pedro.
Al fondo escuché
la voz débil de un anciano.
Caminaba con un poco de frío en los pies
en compañía de la muerte.
Veía su casa, el jardín,
se despedía de sus padres todo el tiempo.
El peregrino se sumergió en el río
para contar los peces, la tenue luz,
las plegarias de sus latidos al evaporarse.
Al poco tiempo
el aire se hizo estrecho.
Il pellegrino
Questa mattina
sono andata a purificarmi nel fiume Brenta.
Ho sparso cenere nelle mie braccia
mi sono seduta sul bordo delle pietre
raccolsi peonie,
timori, tempeste.
Ho pregato per dissipare le mie sofferenze.
Nelle mie mani crescevano
valli di nardi silvestri,
il tramonto negl’intagli di San Pietro.
In lontananza ascoltavo
la voce debole di un anziano.
Camminava con un po’ di freddo ai piedi,
in compagnia della morte.
Vedeva la sua casa, il giardino,
si congedava dai suoi genitori per tutto il tempo.
Il pellegrino s’immerse nel fiume
per contare i pesci, la tenue luce,
le preghiere dei suoi battiti all’evaporarsi.
In poco tempo
l’aria si fece stretta.
(Poemas publicados en la Antología poética Campo Croce, Venezuela y en Campocroce poesia bilingue de Sometti editore) de Erika Reginato
...
...
Il profumo di acacie
Nessun altro vive qui. In questa casa vuota dove il padre spero la figlia fino il giorno della sua morte. Nessun altro osserva il sogno che andò a depositarsi in un altro cielo in quella bocca devastata dalle parole. Questa è la mia vita, scritta nel nuovo taccuino che ha il profumo delle acacie e del mogano.
La mia casa è un ritornare al mattino, dove ho imparato a respirare in ogni angolo del viaggio.
...
El perfume de las acacias
Nadie más vive aquí.
En esta casa vacía donde
el padre espero a la hija hasta el día de su muerte.
Nadie más mira el sueño
que fue a instalarse en otro cielo
en la boca devastada por las palabras.
Esta es mi vida,
escrito en el cuaderno nuevo que tiene olor a acacias y caoba.
Mi casa es un regresar a la mañana, donde aprendí a respirar en cada esquina del viaje.
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